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Han formado parte de los paisajes de pueblos y ciudades españolas durante décadas. Hablamos de los tejados de fibrocemento.
Su durabilidad y su alta resistencia fueron la clave de que este material, haya sido y todavía sea, una opción popular en la construcción de cubiertas para distintos usos y tipologías edificatorias, desde grandes naves industriales hasta edificios residenciales, como soporte bajo teja.
Sin embargo, durante mucho tiempo los paneles de fibrocemento estuvieron asociados con el riesgo de exposición al amianto, un mineral fibroso conocido por sus peligros para la salud que está prohibido en nuestro país desde 2002. Con la entrada en vigor del Real Decreto 396/2006, se establecieron las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto y se reguló su manejo y su eliminación segura para evitar enfermedades respiratorias graves como la asbestosis o algunos tipos de cáncer de pulmón.
De forma paralela, la industria hizo un importante esfuerzo en investigación, innovación y desarrollo para fabricar materiales de fibrocemento sin amianto, que garantizasen la seguridad y salud de las personas que trabajan con ellos o que habitan en inmuebles en los que están presentes.
La mayor innovación llegó de la mano del grupo industrial Etex y su marca de placas para tejados Euronit, único fabricante español de fibrocemento completamente libre de este peligroso componente.
Compuestos por agua, cemento, fibras vegetales y sintéticas (PVA), las placas de fibrocemento de Euronit, son una opción de total confianza para todo tipo de edificios. La compañía respalda sus materiales con una serie de certificaciones y estándares que califican su salubridad, seguridad y calidad entre las que destacan.
Con este respaldo documental, queda garantizada la salubridad del fibrocemento de Euronit. Sus residuos de obra o restos de material pueden depositarse en cualquier planta de recogida de residuos RCD, al tratarse de un material inerte y sin riesgo para la salud.
Pero, además, este material tiene otras importantes ventajas en materia de sostenibilidad, seguridad y eficacia. Es un material ignífugo con clasificación A frente al fuego, tiene un excelente comportamiento frente a la humedad y las temperaturas extremas y aporta rendimiento, durabilidad y eficiencia energética. Es, por tanto, una excelente opción, para la construcción de cubiertas seguras, saludables y que ayudan a la descarbonización de nuestro parque edificado.
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