La bioseguridad en el ganado ovino de leche comienza en la propia explotación

En el ovino de leche, al igual que en el resto de especies de renta, las medidas de bioseguridad tratan de evitar la entrada de nuevas enfermedades en la explotación ganadera y su difusión dentro de la misma. La prevención es, sin duda, una vez más, mucho más eficaz y rentable que el tratamiento. Otra cuestión determinante es impedir la transmisión de enfermedades al hombre, más ahora que está tan en boga el concepto de Una Sola Salud (humana, animal y del medio ambiente).

Por tanto, el objetivo de la bioseguridad es impulsar la prevención, la detección precoz y una respuesta rápida frente a las enfermedades transmisibles para impedir que se propaguen.

La bioseguridad en el ganado ovino de leche comienza en la propia explotación

Separación estricta con el exterior

La separación con el exterior es una de las claves para que no puedan pasar nuevas enfermedades a la explotación ganadera. Así, es fundamental extremar las precauciones en la descarga del pienso, la paja y otros alimentos, en la retirada de cadáveres (separar lo máximo posible el contenedor de la explotación para que los camiones no se tengan que acercar mucho), en la recogida de la leche, etc., pues son las maniobras con mayor riesgo de transmisión.

Una práctica, que cada vez está menos extendida, pero que ha sido causa de muchos contagios y que debemos olvidar, es compartir machos con otras ganaderías. De la misma forma, si nuestros animales tienen acceso a pastos comunales, debemos tratar de conocer la situación sanitaria de los ganados con los que compartimos el espacio.

La bioseguridad en el ganado ovino de leche comienza en la propia explotación

Limpieza y desinfección

Dentro de la explotación, la limpieza (y la desinfección) de las instalaciones determina la carga microbiana y el riesgo de transmisión de las enfermedades. Pero no es solo cuestión de limpiar mucho, sino también que los materiales empleados en la construcción de los alojamientos sean de fácil limpieza y desinfección. En el ganado ovino de leche, esto es especialmente importante en la sala de ordeño y la sala de espera, donde la higiene debe ser extrema para evitar sobre todo problemas de mastitis, la enfermedad más frecuente en este tipo de producción.

La casi totalidad de agentes patógenos desaparece si eliminamos la suciedad de una superficie. Esta es la base para que la posterior desinfección (que terminará de destruir los agentes infecciosos que puedan quedar tras la limpieza) sea efectiva. Debe complementarse además con desinsectación, desratización y control sanitario.

En este sentido, el panel sándwich para cubierta Agrotherm+, cuya cara interior de poliéster es de fácil limpieza y desinfección, evita que la carga microbiana sea elevada y reduce por tanto la transmisión de enfermedades. Pero, además, garantiza un alojamiento confortable y seco al ser aislante, impermeable y transpirable.

Más aún, el recubrimiento higiénico Glasliner, fabricado con resina de poliéster y reforzado con fibra de vidrio, es ideal para el interior de las zonas que requieren una alta exigencia sanitaria, como la sala de ordeño y la lechería. Fácil de lavar y desinfectar, no se mancha, no absorbe olores y resiste la corrosión, con lo que ofrece una máxima protección sanitaria con un mantenimiento mínimo.

La bioseguridad en el ganado ovino de leche comienza en la propia explotación

Camas y ventilación

Otro aspecto en el que el correcto diseño de las instalaciones tiene una gran influencia en la salud de los animales es en la elección del material de la cubierta. Así, es fundamental que las camas estén siempre secas para evitar patologías de patas, de criptosporidiosis en los corderos, mastitis ambientales asociadas a la suciedad, etc. Para ello, además de asegurar una renovación adecuada de la paja, un material como el fibrocemento garantiza la impermeabilidad de la cubierta para evitar las goteras y es transpirable (con lo que se impide la condensación).