Aislamiento térmico en porcino (IV). Resistencia térmica. La cámara de aire

En anteriores entregas hemos repasado los conceptos de transmitancia y conductividad en relación con el aislamiento térmico. Ahora es el turno de la resistencia térmica.

La resistencia térmica es la inversa a la conductividad. De este modo, la resistencia térmica (R) de un material determinado y con un espesor dado, vendrá dada por:

                             R = e/λ

donde:

  • λ: es la conductividad térmica de dicho material.
  • e: espesor del material expresado en metros.

Para calcular la resistencia térmica de un muro o cubierta formados por varios materiales hay que sumar las resistencias térmicas de cada uno de dichos materiales. En este punto, hay que considerar dos aspectos o factores adicionales:

  • La resistencia térmica de una cámara de aire, que trataremos a continuación.
  • El coeficiente de convección o coeficiente de película (α), que será desarrollado en próximas entregas.

La resistencia térmica de una cámara de aire Uno de los mejores aislantes térmicos es el vacío, en el que el calor únicamente se transmite por radiación. En la práctica, en la construcción se utiliza como aislante aire con baja humedad, que impide el paso del calor tanto por conducción (baja conductividad térmica) como por radiación, debido a su bajo coeficiente de absorción. Hay que tener muy en cuenta que el aire húmedo es poco aislante, lo que hace poco deseable que exista una elevada humedad ambiental en los alojamientos porcinos. Sin embargo, el aire sí transmite calor por convección, lo que reduce algo su capacidad de aislamiento.

Aislamiento térmico en porcino (IV). Resistencia térmica. La cámara de aire

Es por ello por lo que para aislar se usan materiales porosos o fibrosos, capaces de inmovilizar el aire seco y confinarlo en el interior de celdillas más o menos estancas. Es el caso por ejemplo del hormigón celular (figura 4). En ocasiones los huecos son mayores, y vienen dados por la forma del propio material de construcción. Es el caso del ladrillo hueco, que en obra se dispone a soga (aparejos de media asta o pie) para poner en contacto los huecos de un ladrillo con otro y crear así compartimentos estancos de aire para proporcionar un cierto aislamiento. En el caso de la termoarcilla (figura 4), son los propios bloques los que contienen muchas cámaras de aire que les permiten tener una conductividad térmica entre 0,22 (bloques de 14 cm de espesor) y 0,19 (bloques de 29 cm).

En construcciones ganaderas es frecuente interponer una cámara de aire entre los elementos constructivos para mejorar la capacidad aislante del edificio. En las cámaras de aire la transmisión de calor se verifica por conducción y convección, de manera que los valores de resistencia térmica de dicha cámara en función del espesor de la misma aparecen en la tabla 3. Hay que tener claro que a partir de 10 cm de espesor la resistencia térmica de la cámara de aire prácticamente no varía.

*Extracto del artículo “Aislamiento térmico, pérdidas de calor y aplicaciones prácticas” publicado en la revista SUIS 109. Por Fernando Forcada. * Tabla 3. Capacidad aislante de una cámara de aire en función de su espesor (García-Vaquero, 1987).

Espesor de la cámara de aire (cms) --> Resistencia térmica (R)

  • 1 = 0,14
  • 2 = 0,17
  • 5 = 0,19
  • 10 = 0,21