Retos en la granja porcina para el control de la bioseguridad

El diseño de una nueva granja porcina, o la reforma de una ya existente, siempre debe tener en cuenta las cuestiones biosanitarias. Y no sólo desde el punto de vista de escoger los materiales que mejor se ajusten a nuestras necesidades de bioseguridad (como el panel sándwich para cubierta Agrotherm+, de fácil limpieza y desinfección), sino que deberá ser adecuado para permitir la correcta aplicación de los protocolos que reduzcan al mínimo los problemas de sanidad.

Retos en la granja porcina para el control de la bioseguridad

¿Cuáles son las bases de la bioseguridad?

El principio en el que se basa la bioseguridad es muy sencillo: se trata de evitar la entrada de nuevas enfermedades a nuestra granja y de minimizar las consecuencias de las que las que ya están dentro. El primer paso es el diseño de las instalaciones, en las que posteriormente se aplicarán una serie de protocolos, determinados por el mencionado diseño. Así, el primer paso es delimitar las llamadas zonas sucias y zonas limpias. Para ello es necesario disponer de un doble vallado que, por una parte, separe la granja porcina del exterior y que, por la otra, delimite la zona limpia, de la sucia. Entre medias quedaría un camino de servicio para la descarga de pienso.

Este aspecto es muy importante, no solo porque los camiones de pienso al ir de granja en granja pueden ir transmitiendo enfermedades, sino porque el propio pienso se ha demostrado como vehículo de enfermedades (como, por ejemplo, la Salmonelosis, la Diarrea Epidémica Porcina o la Peste Porcina Africana). Por tanto, aquí se debe ampliar la red de garantías al proveedor de la alimentación.

Área de cuarentena y adaptación

Pero posiblemente el mayor riesgo de entrada de enfermedades en una granja porcina tiene lugar con la introducción de nuevos animales, en especial, en las granjas de madres. De esta manera, se habilitan áreas de adaptación de las cerditas de reposición, que pueden estar en la misma explotación, pero en naves separadas, o en instalaciones independientes (aquí el riesgo está de nuevo en tener que transportarlas a su ubicación definitiva).

Retos en la granja porcina para el control de la bioseguridad

Manejo Todo Dentro/Todo Fuera

Otro de los clásicos de la bioseguridad es el manejo todo dentro/todo fuera que obliga a hacer una pausa entre lotes de producción (ya sea en la maternidad o en el cebadero), que por una parte permite cortar la transmisión de las enfermedades y, por otra, reduce la presión de infección (el número de virus y bacterias presentes en la granja) al limpiar y desinfectar las instalaciones y establece un vacío sanitario.

En este caso es muy importante que las instalaciones sean fáciles de limpiar y desinfectar con el fin de obtener el mejor resultado. Para ello contamos con el recubrimiento higiénico Glasliner, que es ideal para maternidades y transiciones. Fabricado con resina de poliéster y reforzado con fibra de vidrio, es el recubrimiento ideal para muros interiores que requieren una alta exigencia sanitaria: fáciles de lavar y desinfectar, no se manchan, no absorben olores y resisten a la corrosión, con lo que ofrecen una máxima protección sanitaria con un mantenimiento mínimo.

Medidas complementarias

Para una mayor claridad y para evitar confusiones que nos pueden costar un contagio, es muy importante la señalización de la zona limpia y sucia dentro de la granja porcina, con carteles que nos recuerden en qué área nos encontramos. Además, la información debe incluir recomendaciones y pasos a seguir para evitar la diseminación de agentes patógenos. Finalmente recordar que la formación de los trabajadores de la granja es fundamental para ayudarles a interiorizar todas estas prácticas de bioseguridad.