Durabilidad y sostenibilidad: el fibrocemento ondulado frente al paso del tiempo

Cuando se planifica una reforma o una nueva construcción residencial, elegir el material adecuado para la cubierta no es solo una cuestión estética o funcional: es una decisión estratégica que afecta a la sostenibilidad, el coste a largo plazo y la eficiencia energética del edificio. Las placas de fibrocemento ondulado destacan por su extraordinaria durabilidad y su baja huella ambiental, especialmente si analizamos su comportamiento a través del Análisis de Ciclo de Vida (ACV).

El ACV evalúa el impacto ambiental de un material

¿Qué es el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) en la construcción?

El ACV es una metodología que evalúa el impacto ambiental de un producto o material desde su fabricación hasta su eliminación final: es decir, desde la extracción de materias primas “de la cuna” hasta su reciclaje o depósito “a la tumba”. En construcción, este enfoque permite valorar objetivamente la sostenibilidad de un material teniendo en cuenta su ciclo completo de vida útil, no solo su fase de uso.

Aplicar el ACV a los materiales de cubierta es esencial para identificar opciones más responsables y eficientes, especialmente en un contexto en el que las exigencias de descarbonización y eficiencia energética son cada vez mayores.
Si analizamos el ACV del fibrocemento ondulado, encontramos ventajas claras. Por un lado, su larga vida útil compensa el impacto inicial de su producción, traduciéndose en menores emisiones de CO₂ por año de uso respecto a materiales con ciclos de vida más cortos. 
Además, en el caso de Euronit, las placas de fibrocemento incorporan un 20 % de materias primas circulares, son reciclables y generan pocos residuos en obra, en línea con su compromiso con la economía circular y la sostenibilidad del sector.

La durabilidad y el bajo mantenimiento son sinónimos de sostenibilidad.

La durabilidad como factor clave de sostenibilidad

Una de las claves para reducir el impacto ambiental de un material es su vida útil prolongada. Cuanto más dura un producto, menos recursos hacen falta para su sustitución, transporte o tratamiento posterior. Las chapas de fibrocemento ondulado tienen una larga vida útil, lo que las convierte en una opción muy ventajosa frente a otras soluciones, que pueden requerir mantenimiento más frecuente o tener menor resistencia.

Además, su bajo mantenimiento implica menos uso de productos químicos, menos intervenciones y menos residuos. Esta durabilidad se alinea con el compromiso de Euronit por fabricar soluciones constructivas con ciclos de vida prolongados, minimizando el impacto ambiental durante décadas.

Incluso en climas extremos, las placas de Euronit tienen una gran resistencia y durabilidad.

Fibrocemento ondulado: Nacido para durar

La composición del fibrocemento ondulado —una mezcla de cemento y fibras naturales y sintéticas de refuerzo— le confiere una resistencia sobresaliente a factores climáticos y físicos. Es un material que soporta sin problemas heladas, radiación solar intensa, humedad prolongada e incluso fuego, sin perder sus propiedades mecánicas ni estructurales.

Esta resiliencia frente al entorno explica su longevidad, incluso en zonas con condiciones climáticas severas, tanto en entornos rurales como en áreas urbanas expuestas.

En definitiva, las placas de fibrocemento ondulado son mucho más que un material resistente: es una solución técnica avalada por datos objetivos, que responde a los desafíos actuales de la construcción residencial. Su durabilidad, bajo mantenimiento, reciclabilidad y bajo impacto ambiental lo convierten en una opción coherente con los principios de la construcción sostenible y con los compromisos que Euronit mantiene con la economía circular y la eficiencia energética.

Compromiso Euronit con la sostenibilidad