El estrés por calor que sufren los animales a lo largo de su vida productiva afecta de forma directa e indirecta a la rentabilidad de las explotaciones ganaderas. En el caso del ganado porcino, especie bastante ineficiente en los procesos de termorregulación, el empeoramiento de todos los índices productivos y reproductivos es solo parte del problema. Solucionarlo está en nuestras manos.

Entendiendo el estrés térmico en porcino: Factores involucrados
Varios son los factores que favorecen la aparición y el mantenimiento del estrés por calor en la especie porcina.
Ambientales
El clima es el principal desencadenante del estrés por calor. La aparición de olas de calor durante los meses más cálidos, la humedad elevada, la radiación solar directa en las explotaciones mal aisladas, etc. causan estragos en todas las fases productivas.
Diseño de la explotación
Varios elementos fallidos pueden aumentar la temperatura interna y dificultar la dispersión del calor:
- En sistemas intensivos, una densidad de animales demasiado elevada.
- La ausencia o el mal diseño de los sistemas de ventilación, ventiladores, nebulizadores, etc.
- Un diseño inadecuado de la instalación, con techos bajos, falta de aislamiento, materiales que acumulan calor, deficiente orientación o falta de zonas frescas.
- Fallos en el suministro de agua fría y potable.
- Falta de limpieza y acumulación de purines.
Manejo
Aun disponiendo de un diseño de instalaciones adecuado, un manejo de los animales inapropiado en verano debido a la falta de información y formación de los trabajadores, puede crear entornos muy adversos. Por ejemplo, a la hora de manipular, vacunar, trasladar o alimentarlos.
Genética
Aun con diferencias genéticas, la mayoría de las razas de cerdos son muy sensibles al calor y poco eficientes en la regulación de su temperatura corporal mediante el jadeo.
Una piel relativamente gruesa y una capa de grasa bajo la piel les aísla en entornos fríos, pero no permite que se disipe el calor en condiciones de elevadas temperaturas.
Además, los cerdos son muy sensibles al estrés térmico en ambientes húmedos, ya que la humedad elevada disminuye la ya de por sí limitada capacidad para disipar el calor por medios respiratorios.

Repercusiones en el bienestar y la productividad
Cuando las temperaturas son elevadas en la nave ganadera, los cerdos comienzan a reducir su calor metabólico dejando de comer y aumentando la pérdida del mismo por medio del jadeo. Es aquí donde comienza el estrés por calor: menos ingestión, más toma de agua, menos actividad y cambios de comportamiento. La frecuencia respiratoria pasa de entre 20 y 30 respiraciones por minuto, a 50-60 o incluso más de 100, mientras que la temperatura corporal también se incrementa significativamente. Si no se actúa rápidamente el animal muere por su incapacidad para regular su temperatura.
En las cerdas reproductoras el estrés disminuye la fertilidad y el tamaño de la camada, afectando así mismo a otros parámetros reproductivos como el intervalo entre el destete y el celo, el anestro, la tasa de abortos, etc. En maternidad existe un riesgo claro antes y después del parto con la disminución de la ingestión, que afecta no solamente a la pérdida de peso corporal sino a la producción de leche en lactantes. En los cerdos de engorde los índices de conversión y la ganancia media diaria empeoran progresivamente, así como la calidad de la canal.
El estrés térmico provoca, además, una mayor susceptibilidad a enfermedades, con inmunosupresión y peor respuesta a la vacunación, así como alteraciones en el comportamiento, que se manifiestan como mayor irritabilidad, peleas y trastornos del sueño.

Estrategias de manejo para reducir el estrés térmico
Las medidas correctivas deben establecerse antes de que los cerdos alcancen el umbral más alto de la temperatura crítica. Para ello, es importante tener en cuenta la zona de confort del ganado porcino en sus diferentes fases productivas.
Mejora del manejo
Los trabajadores de las granjas deben ser conocedores tanto de los signos de alerta que pueden anticipar una situación de riesgo como de los protocolos de actuación en caso de producirse.
Es importante facilitar:
- Acceso sin restricciones a agua fría y limpia.
- Alimentación en las horas más frescas del día y adaptación de las raciones que permita mejorar el consumo.
- Reducción de la densidad animal en la medida de lo posible.
- Manipulación (veterinarios, vacunaciones, traslados…) en las horas menos calurosas del día.
Mejora de las instalaciones
Es prioritario elegir e instalar ventiladores, extractores o túneles de ventilación que proporcionen el máximo flujo de aire, y paneles de enfriamiento de elevado rendimiento, asociados con los equipos de ventilación.
Los cerdos disipan el calor principalmente por evaporación por jadeo, lo que puede generar elevadas cantidades de vapor de agua. El exceso de humedad debe eliminarse de forma eficiente para evitar el incremento de la temperatura y de la producción de CO2 que ocurre al aumentar la frecuencia respiratoria.
Además, las mejoras en las instalaciones deberían incluir una revisión del aislamiento de las cubiertas y paredes de la nave, instalación de sensores de temperatura y humedad y provisión de zonas húmedas o superficies frescas.

Las soluciones para el porcino de Euronit
Mantener la temperatura del alojamiento constante teniendo en cuenta las necesidades de los animales en cada fase productiva es esencial para evitar la aparición del estrés por calor. La utilización de materiales adecuados en las cubiertas de las naves con un buen aislamiento ayuda a conseguir ese ambiente interior apropiado.
Los paneles sándwich Agrotherm+ de fibrocemento son inoxidables, lo que garantiza la durabilidad, y cuentan con un aislamiento de poliuretano homogéneo de 40 kg/m3. Su diseño favorece la limpieza y desinfección, y los paneles encajan perfectamente evitando fugas.
Además, como se ha mencionado anteriormente, los cerdos regulan su temperatura por medio del jadeo, y los gases que desprenden por la actividad respiratoria incrementada favorecen la corrosión de los elementos metálicos. El uso de fibrocemento garantiza la durabilidad de las cubiertas y evita los efectos nocivos producidos por la corrosión.
Las placas onduladas de fibrocemento Granonda son, además, la mejor opción de cobertura para ambientes en los que se acumulan gases.
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