Aunque se han producido grandes avances en los alojamientos del ganado ovino, conviene recordar ciertos aspectos de cara a conseguir un rendimiento y un bienestar óptimo de los animales. En este sentido, son dos las cuestiones más importantes a tener en cuenta: la calidad del ambiente y la humedad de las camas.
Calidad del ambiente
La calidad del ambiente en las instalaciones, y por tanto el confort de los animales, permitirá que estos puedan expresar todo su potencial productivo con un estado de salud adecuado. Para ello, en primer lugar hay que tener en cuenta dos parámetros: la temperatura y la humedad relativa del aire en el interior de las instalaciones. De la combinación de ambas junto con la velocidad del aire, se obtiene la sensación térmica, que es el valor que nos indicará si estamos consiguiendo nuestro objetivo.

En general, en el ganado ovino no son necesarios sistemas de calefacción. En todo caso, puede ser interesante la instalación de enfriadores en cebaderos de corderos situados en lugares con veranos muy calurosos. Pero antes hay que estudiar a fondo la orientación y la ventilación pasiva de las naves, para conseguir una adecuada renovación del aire sin corrientes (ni frías, ni calientes) que elimine el exceso de calor en verano y de humedad en invierno. La instalación de aislantes es una buena solución para conseguir estos propósitos.
De esta manera, además de un alojamiento confortable, evitaremos la proliferación de enfermedades de tipo respiratorio. La irritación de las vías respiratorias debidas a la inhalación de gases nocivos procedentes de las camas (amoniaco, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, metano, etc.) por una renovación insuficiente del aire es la puerta de entrada a la mayoría de agentes infecciosos del tracto respiratorio.
Humedad de la cama
Una de las claves en los alojamientos de ganado ovino es mantener secas las camas. Por una parte, esto se consigue con un buen diseño y mantenimiento de las cubiertas que recojan adecuadamente las aguas de lluvia. Además, con una ventilación pasiva suficiente se elimina el exceso de humedad en el interior (ventanas, caballetes en el tejado, etc.). En este sentido es también importante tener en cuenta el drenaje natural sobre todo en las zonas no cubiertas como pueden ser los patios. En todo caso, las instalaciones deben ser funcionales y permitir la correcta evacuación y tratamiento de los residuos y facilitar las condiciones de trabajo, por ejemplo, a la hora de repartir la paja de encamar. Una cama seca y limpia impide el desarrollo de enfermedades del aparato locomotor y de las pezuñas, como puede ser el pedero, en el ganado adulto, pero sobre todo, reduce la incidencia de criptosporidiosis y de diarreas en los corderos.
Conclusiones
Una de las bases para la explotación del ganado ovino es que las camas de los animales se encuentren limpias y secas. De esta manera se previene la proliferación de muchos problemas sanitarios. Para conseguirlo, es fundamental un diseño adecuado de las instalaciones que contemple una buena orientación, una ventilación adecuada, aislamiento de la cubierta, etc., y además asegure de esta manera una adecuada calidad ambiental.